La costa de Chile tiene más de 4.300 kilómetros de longitud, una situación que ha favorecido la economía, desarrollo histórico y presencia actual del país en el contexto mundial.
El mar que nos baña
El océano Pacífico es el más extenso del planeta, con 166.241.000 km², lo que equivale al 46% de la superficie de la Tierra. Estas aguas bañan a Chile tanto en la zona continental como en la oceánica y en la Antártica. La parte continental (desde Arica al canal de Chacao y los sectores separados de islas y el archipiélago de Chiloé) recibe las aguas del Pacífico y se extiende por más de 4.000 km de norte a sur. También forman parte de Chile las islas oceánicas San Félix y San Ambrosio, el archipiélago de Juan Fernández, compuesto por las islas Robinson Crusoe, Alejandro Selkirk y el islote Santa Clara, así como la isla Salas y Gómez e Isla de Pascua, ubicada en el continente de Oceanía.
El océano Pacífico también baña la parte suroeste de la Antártica, de ahí que este océano recubra gran parte de la extensión del Territorio Chileno Antártico.
En el mar chileno, incluida la Antártica, se desarrollan diversas especies animales y vegetales.
Los representantes más característicos son la ballena, el lobo marino, el albatros, el pelícano, la gaviota, la merluza, el congrio, la anchoveta, la corvina, el jurel y el lenguado, además de la ostra, la macha, el erizo, la langosta, la jaiba, el chorito y la almeja.
Por su parte, la flora marina es abundante, ya que existe un grupo grande y variado de algas, que incluye desde especies unicelulares hasta plantas enormes, como los huiros, que flotan cerca de la superficie del agua (algas planctónicas) o que se desarrollan adheridas a las rocas (algas bentónicas).
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